El siguiente documento es un fragmento de la ponencia que presente en el XXXVI Congreso de la ANACCIM celebrado del 31 julio al 4 de agosto, 2013 en Pachuca, Tula y Actopan, Hgo., y lo titule “Metzquititlán de laja y obsidiana”, participando en la Mesa 3: Crónica de la Minería y Haciendas
Al caminar por las calles de los pueblos de San Agustín Metzquititlán se observa que las fachadas de las casas e iglesias están hechas de laja y cantera; al mirar los terrenos de esta campiña serrana se descubren largas cercas de piedra, formados por cientos de rocas, que acomodadas con gran precisión han resistido el paso del tiempo.
El paisaje que presenta Metzquititlán es contrastante, ya que va desde los áridos cerros o “peladeros” hasta los frondosos bosques de ocote, pasando por las húmedas llanuras y los ríos que favorecen la buena siembra.
Con un clima propicio, San Agustín ha tenido en la ganadería, la agricultura y la explotación forestal su principal sustento, sin embargo, escondidos entre barrancas, sierra alta y arroyos, se encuentran yacimientos minerales que en algún momento causaron revuelo en este agraciado rincón hidalguense. Los habitantes mismos se sorprenden cuando se les platica que hay historia minera en nuestro terruño.
En principio, mencionare algunas cuestiones geológicas importantes para ubicarnos en el contexto minero del municipio. Forma parte de la Sierra Madre Oriental, donde predominan dos tipos de grupos litológicos (piedras): uno de carácter sedimentario marino formado entre 226 ma[1] y 23 ma. El otro es de origen volcánico con una edad entre 26 ma y 3.6 ma.
Basándome en la carta geológica municipal publicada por el Consejo de Recursos Minerales en el año de 2004[2], elaboré una tabla la cual muestra que nuestro territorio geológicamente se formó por partes, comenzando con materiales areniscos entre 230 y 206 ma durante los periodos Triásico Superior y Jurásico, después calizas entre 130 y 95 ma en el Cretácico; más tarde tobas y basaltos en el Plioceno y Pleistoceno entre 3 y 1 ma, para finalmente en el Cuaternario los aluviones hace 0.0118 ma años.
En resumen, el municipio de San Agustín Metzquititlán tiene una geología que le permite la explotación de agregados pétreos (grava, arena, arcilla) para la industria de la construcción y revestimiento de caminos. Así como la perlita (obsidiana), tezontle, laja y cantera, utilizados en su mayoría para fachadas.
Una vez conocida la geología del municipio, hagamos un recorrido por los hechos mineros relevantes en esta Tierra de Mezquites.
Antigüedad: Los bancos de obsidiana o perlita
Hace 8,000 años, los primeros habitantes de esta región serrana encontraron en los yacimientos de obsidiana una fuente para elaborar sus herramientas de caza, especialmente las puntas de flecha. Desde la barranca de Tlahuelompa (Zacualtipan), hasta el rio Milpillas en el Municipio de Metzquititlán se pueden encontrar restos de estos utensilios.
La riqueza en obsidiana, principalmente en territorio de Zacualtipan y la parte norte de Metzquititlán, permitió a los antiguos fundar talleres de raspadores a lo largo y ancho de la región metzquititeca. Si uno camina entre los montes y veredas encontrara vestigios de este oficio, el cual perduro durante miles de años hasta que estos nómadas-recolectores se convirtieran en sedentarios con el descubrimiento de la agricultura.[3]
La perlita no solo sirvió para armas rudimentarias, ya que miles de años después se le utilizó para adornar calles, como sucedió en los años 70´s del siglo XX, cuando en la pavimentación de la Cabecera se pusieron miles de obsidianas en las banquetas para que lucieran más atractivas.
Así mismo en la remodelación de la Plaza de Armas realizada a finales de los años 90´s se utilizó este material para adornar los pisos, hoy quien tenga la oportunidad de visitar esta hermosa plaza lo podrá constatar.
Tierra proveedora de ferrerías y minas
Un caso singular en la historia minera de Metzquititlán es la Hacienda de Tuzanapa, la cual fue fundada a finales del siglo XVI, cuya extensión llego a ser de 6,000 hectáreas, abarcando un polígono desde Carpinteros hasta los límites con San Nicolás Atecoxco, y El Enzuelado hasta el Banco incluyendo los llanos de Tuzanapa. Esta hacienda fue propiedad de Fernando de Quintana Dueñas, esposo de Mariana de Mérida y Molina, nieta de Alonso de Mérida, primer encomendero de Metztitlán.
Después de pasar por varios propietarios como son el Capitán Manuel Rojo del Río, Diego Mercado, la Sagrada Compañía de Jesús (jesuitas) y Juan Bautista de Aranguren, se dice que fue adquirida por Pedro Romero de Terreros, Primer Conde de Regla, ya que durante las décadas del siglo XVIII, dicho personaje, compró varias haciendas de la región.[4]
Es aquí cuando esta hacienda tiene relevancia para la minería, pues junto con las de San Pedro Vaquerías, Huijastla, Almolón y Potrero de Camacho fueron importantes proveedoras de materia prima y fuente de sustento alimentario para las minas de Pachuca y Real del Monte durante la segunda mitad del siglo XVIII. Las grandes extensiones de llanos permitían la cría de ganado, así como la cosecha de diversas legumbres y granos.
Por otro lado durante el siglo XIX los bosques de encino y ocote de la región noreste del Municipio, ubicados en Cieneguillas, Arroyo Hondo y Carpinteros, así como Atopixco, Tuzanapa y Puerto del Lobo sirvieron como proveedores de materia prima.
Dichas tierras eran arrendadas por los dueños[5] de las Ferrería de San Miguel y San Antonio para fabricar carbón y leña que eran utilizados en sus hornos. Transportaban el material combustible 10 km al poniente hasta llegar a la Ferrería, donde se fabricaba el acero, el cual era enviado hacia diversos lugares, especialmente la capital del país.
En los llanos y barrancas de Tuzanapa, que bajan hasta la Ferrería de San Miguel, localizada en el municipio de Zacualtipan, se encuentran grandes peñas de granito, que desde el siglo XIX fueron descritas en la Carta Geológica del Estado de México,[6] así como minas de carbón mineral que servían a la misma ferrería.
1882-1884: Furor minero
Con el establecimiento del Código de Minería para el Estado de Hidalgo del 10 de octubre de 1881, decretado por Simón Cravioto, se acentúo más la explotación minera en Hidalgo, incluyendo Metzquititlán.
En sus artículos 26 y 27 de dicho código se indicaba el procedimiento legal para reclamar la explotación de las minas, el cual consistía en denunciar ante el Jefe Político del Distrito donde se ubicaba el yacimiento, y luego publicarlo en el Periódico Oficial del Estado de Hidalgo.
A partir de 1882, en Metzquititlán, se desata un furor sobre asuntos mineros y varios vecinos denuncian para sí, yacimientos de carbón, mercurio, fierro, oro y plata ubicados en territorio metzquititeco.
Entre 1882 y 1884 se denunciaron 15 yacimientos, donde destaca los presentados por los mineros José y Pedro Landeros y Cos,[7] así como Atanasio Escobar[8] y Fernando García, Carlos Díaz y José María Vargas[9]
A pesar del furor, estos yacimientos con el paso del tiempo fueron abandonados, y hasta ahora no se ha encontrado documento alguno donde se mencione si la explotación fue rentable o no.
Siglo XX: Piedra y cantera
Para los metzquititecos es común ver los bancos de cantera, lutita (lajas) y tezontle en su transitar diario, sin saber que varios monumentos han sido construidos con esos materiales, tal es el caso del edificado en honor a Don Miguel Hidalgo y Costilla, con motivo de la celebración del primer centenario del inicio de la Independencia, el cual se encuentra en la Plaza de Armas de la Cabecera. El Periódico Oficial del Estado de Hidalgo menciona lo siguiente “… se extrajeron 100 canteras del punto llamado El Carrizal para construirlo...”[10] , refiriéndose a la comunidad del Carrizal Chico. “…su base está construida de cantera y el busto de bronce…”[11]
También El Reloj, símbolo de este pueblo, que se encuentra ubicado en la Plaza de la Constitución, fue edificado a base de cantera proveniente de las comunidades del municipio. Dicha edificación se comenzó en 1927 y se terminó en 1929.
En otro contexto, con la infinidad de piedras diseminadas por todo el territorio metzquititeco, los “cerqueros”, personas especialistas en levantar cercas se da vuelo. Han desarrollado habilidades que les permiten ir uniendo las piedras, colocando una sobre otra sin necesidad de mezcla para unirlas. Hoy me viene a la mente Don Pánfilo, que levanto cercas en los terrenos de Ocuilcalco, y de Zenón Barrera, oriundo de Yerbabuena.
Esta actividad se remonta hasta la época prehispánica, pues aún se conservan vestigios de lo que fueron montículos hechos de piedra, encimadas una sobre otra hasta formar una pirámide, la cual se ubica en lo alto del cerro denominado La Mesa.
Curiosidades mineras
Escondido entre los cerros existe un yacimiento de material al que llaman “Las piedras cantantes”, que son rocas en forma de poste hexagonal con un alto contenido de hierro, las cuales al golpearlas emiten sonidos parecidos a las campanas, tinnn, tinnn, tan…
Metzquititlán fue reconocido por producir jabón mineral de muy buena calidad, así lo manifestaron los periódicos La Voz de México y The Two Republics. El primero publico una nota que decía:
“En Metzquititlán se está fabricando jabón mineral que produce el mejor resultado. Hemos tenido una muestra en nuestras manos y para probarlo se puso a una mujer a lavar ropa con él: resultado, que hierbe perfectamente y se adelgaza la corteza lo bastante, limpiándose la ropa quizá con más violencia que con el jabón de grasa. Los empresarios proponen su venta a doble tanto de peso del jabón de grasa actual, pues tiene un costo de cinco reales por arroba”.[12]
Por su lado, The Two Republics, mencionaba que el jabón mineral fabricado en Metzquititlán se vendía a 63 centavos de dólar la arroba de 35 libras.[13]
Siglo XXI
El Consejo de Recursos Minerales realizo un estudio en 2004 para ubicar posibles yacimientos minerales metálicos y no metálicos que tuvieran un impacto económico favorable para la población del municipio de San Agustín, localizando los siguientes:
1. Arroyo San Agustín, material fluvial para la construcción.
2. La Sacapiedra, laja para la construcción y mampostería.
3. Chichinapa, arena y perlita (obsidiana) para construcción y revestimiento.
4. Arroyo Hondo, arena y perlita (obsidiana) para construcción y revestimiento.
5. Las Vueltas, tezontle rojo para revestimiento de caminos.
6. Tierras Coloradas, cantera rosa para mampostería.
En la actualidad algunos habitantes han instalado pequeñas fábricas de block para la construcción de casas, tal es el caso de la ubicada en el km. 79 de la Carretera Pachuca-Huejutla y que es conocida como “La Bloquera”.
Además en se ha desarrollado un negocio de explotación de agregados pétreos, consistente cargar piedra y arena de los ríos. “Los areneros” pagan una cuota mínima por viaje a los dueños de los terrenos, esto en el caso de que sean propiedad privada, y si no, simplemente llegan al rio y cargan.
También, como antaño se sigue explotando los yacimientos de lajas y cantera, que servirán para mampostería. Y alguno que otro creativo utiliza la obsidiana para hacer adornos y venderlos entre sus amistades.
Una de las comunidades actuales se le denomina El Banco, precisamente porque de ahí se extraía materia prima para elaborar cal. Este pequeño pueblo de 25 habitantes, se ubica al norte del municipio, en la entrada del camino hacia Yerbabuena y para llegar a él es necesario transitar por un tramo de la carretera México-Tampico, donde se aprecian los imponentes barrancos que causan admiración a los turistas, temor a los choferes y respeto a los lugareños. Es el punto donde el clima cambia de cálido a frio, si uno viene de la Cabecera Municipal al llegar a este lugar tendrá que sacar el suéter porque la niebla, la lluvia y el viento proveniente de los llanos de Tuzanapa y los bosques de Carpinteros lo harán titiritar de frio.
Después de este recorrido, nos damos cuenta que a pesar de la vocación agrícola del municipio, existen hechos relevantes relacionados con las minas, los cuales enriquecen la historia del Estado de Hidalgo, especialmente la de la Sierra Baja Hidalguense.
Así que hoy los invito a visitar este bello municipio, para que conozcan un pequeño rincón de México, sus tradiciones, costumbres e historia, recreen sus ojos con los bellos paisajes, saboreen las delicias culinarias y se regocijen con los sonidos de la provincia hidalguense.
Luis Edgardo Mendoza García
San Agustín Metzquititlán, Hgo.
Junio 2013
FUENTES
Siglas
HDNM - Hemeroteca Digital Nacional de México
Hemerografía
El Minero Mexicano.
La Voz de México.
Periódico Oficial del Estado de Hidalgo, P.O.E.H.
The Two Republics.
Bibliografía
García Reyes, Enrique A., Inventario físico de los Recursos Minerales del Municipio de Metzquititlán, Hgo. Consejo de Recursos Minerales y Fideicomiso de Fomento Minero, 2004, 27 pp.
Carta Geológica Municipio de Metzquititlán, Hgo. Consejo de Recursos Minerales. Secretaria de Economía. 1ª. edición. 2004.
Cassiano Verde, Gianfranco. “Evidencias de poblamiento prehistórico en el área de Metzquititlán, Hidalgo”, en Arqueología Revista del INAH. No. 19. Segunda Época, Enero-Junio de 1998. INAH.
Abascal Macias, Rafael. “Yacimientos y talleres prehispánicos de obsidiana en el Estado de Hidalgo”, en Cuaderno de trabajo No. 1, SEP-INAH, 1981.
Osborn, Wayne S., “Indian Land Retention in Colonial Metztitlán”, en Arij Ouweenel y Simon Miller (comps.), The Indian Community of Colonial México. Fifteen Essays on Land Tenure, Corporate Organizations, Ideology and Village Politics. Centro de Estudios y Documentación Latinoamericanos (CEDLA), «Latin American Studies, 58» Países Bajos, 1990, 324 pp.
Tavera Garcilazo, Juan Manuel. La industria siderúrgica en México Siglo XIX. Tesis de Licenciatura en Historia. UAM-Iztapalapa. 1992. 178 pp.
[2] García Reyes, Enrique A. Inventario físico de los Recursos Minerales del Municipio de Metzquititlán, Hgo. p. 11-15. http://www.sgm.gob.mx/publicaciones_sgm/Informe_b.jsp
CASSIANO VERDE, Gianfranco. “Evidencias de poblamiento prehistórico en el área de Metzquititlán, Hidalgo”, en Arqueología Revista del INAH. No. 19. Segunda Época, Enero-Junio de 1998. INAH pp. 25-42.
ABASCAL MACIAS, Rafael. “Yacimientos y talleres prehispánicos de obsidiana en el Estado de Hidalgo”, en Cuaderno de trabajo No. 1. SEP-INAH. 1981. pp. 83-115
[4] Wayne S. Osborn, “Indian Land Retention in Colonial Metztitlán”. en Arij Ouweenel y Simon Miller (comps). The indian community of colonial Mexico. Fifteen essays of Land Tenure, Corporate Organizations, Ideology and Village Politics. CEDLA. 1990. p. 148 http://www.cedla.uva.nl/50_publications/pdf/OnlineArchive/58IndianCommunity/pp-145-161(Wayne_Osborn).pdf
[5] Tavera Garcilazo, “La industria siderúrgica en México Siglo XIX”, 1992, pp. 89-91 http://tesiuami.izt.uam.mx/uam/aspuam/test.php
[7] Secc. de Avisos, P.O.E. Hidalgo. 29 de enero de 1882, t. XIII, No. 5, p. 77
[8] Secc. Minería, P.O.E. Hidalgo, 10 de abril de 1884, t. XVII, No. 47, p. 762
[10] Secc. Minería, P.O.E. Hidalgo, 16 de abril de 1910, t. XLIII, No. 29,
[11] Secc. Minería, P.O.E. Hidalgo, 8 de septiembre de 1910, t. XLIII, No. 67,
gracias por compartir , es interesante
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